Sos mi visita

lunes, 29 de septiembre de 2014

Sobre despedidas, soledades y otros demonios

-Necesito un tiempo.- dijo

-De cuánto hablamos?.- pregunté

-No lo sé.- Contestó, y en sus palabras había un adiós camuflado que me lastimaba el alma aún sin ser pronunciado.- 

-El tiempo es eterno. Puedo esperarte toda la vida si quieres. Pero no sé si me alcanzará la vida para esperarte. La vida no es eterna. Mentiría diciendo que te esperaré eternamente. Tú no controlas el tiempo. El tiempo no tiene dueño. Y mientras transcurra pueden pasar muchas cosas. Nadie sabe que ocurrirá más adelante.- pronuncié ya con el corazón astillado.-

-Me estás diciendo que me olvidarás?.- oí que decía.-

-No lo sé. Podría decir que no o que si. Ciertamente no lo sé. Tú nos trajiste a esto. Tu tiempo, ese que quieres y que ni siquiera es tuyo, y que tanto pides, nos separa aún estando aquí. Lo siento. Aquí estaré tanto como pueda.- susurré.-


-Adiós!.- fue lo último que dijo.-

Y aún la espero...

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